Cuando se da el paso para reformar una vivienda, son muchos los puntos a tener en cuenta para realizarla de manera correcta y eficaz. Sin embargo, el aspecto más significativo para la mayoría de los propietarios es el presupuesto, ya que se suele disponer de un límite económico. Este máximo marcará las modificaciones que podrán realizarse y los materiales que se emplearán para ello. Si bien, contactar con una empresa especializada en reformas es un buen punto de partida, pero también se pueden realizar los cálculos de manera autónoma.
Para comenzar, hay que tener muy en cuenta el estado de desgaste de las instalaciones y también la estructura de la casa. Además, los metros cuadrados que tenga son un factor importante, ya que normalmente cuanto más grande sea una vivienda, más tiempo y materiales se necesitarán.
Índice
Precio por metro cuadrado
Para hacernos una idea de una reforma integral completa, según varias empresas españolas del sector, el metro cuadrado ronda los 400€ y 600€. El precio de una obra barata suele rondar los 400€ por m2, siendo de una calidad baja-media y sin la instalación de extras como un sistema de aire acondicionado, por ejemplo.
Si se busca un presupuesto de reforma integral con elementos extras como domótica, aire acondicionado, falsos techos y unos materiales de calidad media-alta, el precio por metro cuadrado crecerá hasta el límite alto de la media, 600€. Por otro lado, si se dispone de un presupuesto muy alto y queremos realizar una reforma de gran calidad, se podría hablar de unos 800€ y 1.000€ por m2.
No todos los espacios necesitan el mismo trabajo de obra
A este respecto, la cocina es el espacio que suele llevarse mayor parte del presupuesto a la hora de reformar una vivienda, tras la cual se encuentran los cuartos de baño. La razón se encuentra en que las instalaciones y los acabados son más complejos que en otro tipo de estancias. La cocina requiere de una instalación eléctrica más compleja que la del resto de estancias, además de la colocación de azulejos, electrodomésticos, muebles, etc. Los baños por su parte requieren también de azulejado y de una buena fontanería y piezas esenciales como un inodoro, ducha o bañera, lavabo, etc.
Otros espacios como el salón, los dormitorios y similares pueden influir en el presupuesto final, sobre todo cuando se agrandan o dividen, pero en este caso el porcentaje que requerirán, será menor. Los pequeños detalles también deben tenerse en cuenta, aunque puedan parecer irrelevantes. Por ejemplo, aspectos como la calidad de los materiales, los acabados o el cambio de mobiliario pueden hacer que el coste se dispare.
Las condiciones previas de la casa
Cuando nos disponemos a realizar una reforma, es vital tener en cuenta las condiciones que presenta la vivienda para saber los cambios que necesita y poder elaborar un presupuesto lo más certero posible. En este punto, se debe analizar la antigüedad, el diseño y la distribución de tu vivienda, en el caso de que se tenga intención de modificar.
- Antigüedad: según el año en el que se edificara el inmueble, se podrán identificar unos u otros cambios a realizar, revirtiendo el deterioro del mismo. Además, en el caso de que tenga algún tipo de valor arquitectónico, es conveniente contactar con profesionales que limiten los cambios y aseguren que la propiedad no pierde valor.
- El diseño y la distribución: cambiar estos aspectos es uno de los fines más perseguidos a la hora de realizar una reforma. Sabiendo el look que buscamos y los espacios que queremos liberar o aprovechar, podremos elaborar una lista de costes precisa.
Los materiales para reformar una vivienda
La calidad de los materiales que se emplearán en la obra será determinante para el precio final y también para el mantenimiento óptimo de la vivienda en el futuro. Por ejemplo, los suelos podrán ser cerámicos, de piedra natural o madera. Los alicatados, las puertas, las ventanas y la pintura también podrán inflar el precio dependiendo del material de que estén hechos.
Sin duda, en esta cuestión es importante no escatimar. Habrá que valorar la relación calidad-precio de los materiales. Recordamos: lo barato a veces acaba saliendo caro y viceversa.
Lo que se consigue con una reforma integral es mejorar el uso de los distintos espacios de una vivienda, impulsando su habitabilidad. Pasamos muchas horas en nuestra casa, y por tanto, es importante que nos sintamos cómodos y seguros en ella. Por otro lado, si se reforma con el objetivo de vender o alquilar, la mayor ventaja se encuentra en el aumento del valor de la propiedad, proporcionando un mayor beneficio económico.
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